viernes, 21 de marzo de 2014




¿Cómo deteriora la contaminación ambiental en los monumentos?
Los monumentos testimonios de nuestra cultura; son afectados gravemente por la polución, generándose en estos una serie de letales patologías que se interrelacionan entre ellas deteriorando lentamente el edificio o cualquier otra de las tipologías de monumentos urbanos que poseen nuestras ciudades.
Es imprescindible citar dos agentes contaminantes, el primero evidentemente es el  “smog”, partículas en suspensión generalmente de carbón y polvo unidas con una serie de gases tóxicos, liberados principalmente por industrias y descargas de vehículos. El “smog” principalmente deteriora a los monumentos, generando la patología comúnmente conocida como “costra negra”, la cual se produce en la superficie de los mismos, cuando el “smog” se introduce en las micro fisuras de la piedra, estucos u otros materiales de superficie, que se han formado por la constante contracción y dilatación del material, causada por las variaciones de temperatura, pasando del frío al calor  y viceversa, ya sea por el cambio del día a la noche como también las diferentes estaciones y sus diversas condiciones atmosféricas.




 


El segundo agente contaminante es la “lluvia ácida”, la cual puede ser producida principalmente de dos modos; el primero, es cuando se queman materiales que  contienen azufre, el cual pasa a la atmósfera, y luego de diversos procesos químicos, al llover cae en forma de ácido sulfúrico, carbónico u otros.  Estos diversos ácidos generan una nefasta patología de los materiales, la “carbonatación”, la cual se produce cuando por ejemplo el ácido sulfúrico de la lluvia transforma el “carbonato de calcio” que poseen las piedras, estucos, morteros y hormigones en “sulfato de calcio”, o sea “yeso”, el cual a diferencia del anterior sí es soluble en agua, o además cuando la lluvia rica en ácido carbónico también ataca el “carbonato de calcio”, transformándolo en “bicarbonato de calcio”, el cual también es soluble en agua, estos dos casos nos demuestran como la lluvia ácida puede disolver materiales tan sólidos como el hormigón armado o el mármol, donde en este último la estadística nos muestra dramáticamente la realidad, dado que esta comprobado que la lluvia ácida nos lleva 2 cm. de mármol al siglo.


 

 
Pero, el caso más grave y desconcertante es el del hormigón armado, dado que a pesar de sus inventores, que pensaron que habían creado un material de construcción indestructible para el futuro, éste paradojalmente es el más débil y sensible a la “carbonatación”, dado que con los procesos antes mencionados, principalmente el ácido sulfúrico y carbónico de la lluvia, hacen soluble en agua el carbonato de calcio que posee el cemento, el cual va disolviéndose paulatinamente, adelgazándose aceleradamente la capa protectora de las enfierraduras, la cual a un cierto punto desaparece y el acero queda al descubierto, lo cual determina su pronta oxidación y aumento de volumen, que genera fatalmente una explosión interna de la estructura y por ende el colapso y destrucción definitiva de ésta..




angela perez 

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